CONFINAMIENTO


Durante este confinamiento he comenzado, por fin, a escanear mis viejos negativos (de blanco y negro primero y los de color después), que tan celosamente tenía guardados en varias cajas. Estuve usando el blanco y negro durante la década de los ochenta y la primera mitad de los noventa. Luego cambié al color, principalmente por el precio, que resultaba a esas alturas de la historia ya más asequible.

Al empezar a ver las imágenes en pantalla tras el escaneo, hallé  imágenes y sensaciones varias, perfectamente compatibles con la actualidad de estos días de encierro obligado debido a la pandemia que asola el planeta. Por ello, me he decidido a mostrarlas, en un intento de enseñar esas sensaciones, rescatándolas del pasado, es decir, mostrando que, en cierto modo, muchas de esas actitudes, sensaciones y comportamientos del confinamiento nos han acompañado siempre en nuestras vidas, en mayor o menor medida.

Estas imágenes que muestro aquí fueron fotografiadas en la década de los años ochenta, es decir, hace más de 30 años. Solo una de ellas es de los años noventa.

Entonces no existían las cámaras digitales, así que todas estas fotografías fueron tomadas con cámaras analógicas. La mayoría con una Voigtlander Vitoret F, una precisa y fiable cámara alemana de los años sesenta que me regaló mi padre a principio de los años ochenta cuando él dejó de usarla, una cámara manual, no réflex, que me enseñó a amar la fotografía y me ofreció fabulosos momentos.

Lo que vais a ver es lo hay en los negativos. No ha habido retoque alguno posterior a la digitalización, más allá de algún pequeño retoque de contraste o brillo. Los efectos que se pueden ver en algunas imágenes son fruto de dobles exposiciones o montajes previos, todos durante el momento de la exposición. Es decir, que antes del Photoshop era posible inventar, investigar y jugar con la realidad.


Curiosidad

Los niños, curiosos por naturaleza, buscan mirando por la ventana burlar el aburrimiento del encierro durante veinticuatro horas. Un pequeño piso de barrio obrero se les queda pequeño. Necesitan abrir sus confines hacia la calle, ese espacio ahora prohibido.

Foto realizada en Madrid a Juan Agustín – Año 1983

 






El miedo a lo desconocido
 
No lo sabíamos, pero nuestra vida era rutinaria y pensábamos que, tras varios siglos de guerras y de cataclismos que rellenaban los libros de historia, habíamos llegado a la época en la que todo estaba bajo control. Sin embargo, esto que aún estamos viviendo, está haciendo tambalear la sociedad tal como la conocíamos. Hay algo ahí afuera de lo que aún no conocemos su alcance. Y eso nos produce miedo, inseguridad de lo que está por venir. Es una reacción lógica, primitiva, muy humana.

Foto realizada en Madrid, autorretrato de Juan – Año 1985





La ventana 


Las ventanas en estos días son, más que nunca, la perspectiva de nuestro mundo cercano, allá donde podemos tomar el sol, ver ese sorprendente cielo limpio, donde aplaudimos a las ocho de la tarde a otras personas que se esfuerzan porque la salud de los ciudadanos mejore. Los balcones y ventanas son los ojos de nuestras casas. Nuestros ojos. 

Foto realizada en Vichy (Francia) a Teiko – Año 1985





Abstracción


Mirar la lumbre siempre me ha parecido un fabuloso método de abstracción, en el que puedes ir a donde quieras, desde viajes lejanos a aventuras únicas. Y, por qué no, también recrear situaciones que hasta hace poco eran cotidianas y ahora parecen tan lejanas. En cualquiera de los casos, la abstracción nos hace viajar, abandonar el lugar donde estamos, si somos capaces de dejar volar nuestra imaginación.

Foto realizada en Santa Cruz de la Sierra (Cáceres) a Juan Antonio – Año 1985 




 
Ventanas al campo
 
El campo nos queda lejos ahora, pero siempre podemos poner ventanas al campo, mirando a través de ellas, dejando que la imaginación y el recuerdo nos lleven a aquellos lugares en los que estuvimos y disfrutamos.

Foto realizada en el término municipal de Herguijuela (Cáceres) a María Victoria – Año 1985





Ying y Yang
Pasar unos días encerrado puede llevar a un contraste de sentimientos. Hay dos maneras de vivirlo: Mirar hacia las sombras y volverte oscuro, viendo sobre todo lo negativo, o mirar hacia la luz y, sin perder la perspectiva, mirar lo positivo, viendo las oportunidades que la vida te está brindando. La elección es solo tuya.

Foto realizada en Puerto de Santa Cruz (Cáceres) a Juan Agustín – Año 1986





Mis amigos 


Esos amigos con los que has jugado, con los que te has reído, con los que te reunías con frecuencia… ahora no los tienes a la mano. Hoy en día al menos puedes reunirte virtualmente con ellos, hacer una videollamada, contactar por redes sociales. Si un confinamiento como el de ahora hubiera ocurrido hace treinta años, hubiera sido aún más grande la añoranza. También hubiera sido más emotivo el reencuentro.

Foto realizada en Puerto de Santa Cruz (Cáceres) a Juan Agustín – Año 1986





Entretenimiento 

Mucho se está hablando de lo complicado que resulta tener encerrados tantos días a los menores de la casa, pues reclaman mucha atención y no siempre se les puede dar. Sin embargo, frente a la pesadumbre de los mayores, los menores, que son más capaces de vivir intensamente el presente, encuentran razones para el entusiasmo, explotando continuamente su vitalidad. En algunos casos se dice que los pequeños están llevando mejor que los mayores el confinamiento.

Foto realizada en la Tate Gallery, Londres – año 1986





Los espacios vacíos


Lugares que recordamos llenos de personas, ahora se nos muestran como desiertos de humanidad, que no ausentes de vida. En algunos casos el impacto humano se ha reducido y es cuando esos lugares están más vivos. Pero indudablemente no son lo que conocíamos, creando estampas inéditas de calles vacías de personas y coches, espacios naturales que desprenden una placidez inaudita. A veces incluso tomadas por los animales silvestres que intentan recuperar lo que también es suyo. Quizás deberíamos recapacitar si no hemos tomado los espacios y los animales, como si fueran todos ellos propiedad del ser humano, cuando no somos la única especie en este planeta.

Foto realizada en Ribadesella (Asturias) – Año 1987





Pausa en apariencia

Esos lugares en los que pasamos mucho tiempo habitualmente (nuestro puesto de trabajo, nuestra clase, esa mesa en nuestro restaurante preferido…) han quedado momentáneamente pausados, tal cual los dejamos. En apariencia son los mismos, permaneciendo ahora vacíos, esperando nuestro regreso.

Foto realizada en el teleférico de Fuente Dé (Cantabria) – Año 1987




Zapatos de salir a la calle


Una costumbre muy oriental, quitarse los zapatos que traes de la calle y dejarlos en la puerta, se está haciendo en estos días muy habitual también en nuestro país, para evitar que los virus entren al interior de la casa.

En esta foto un aldeano asturiano hacía lo mismo, pero en este caso para no entrar el barro en la casa.

Foto realizada en Potes (Asturias) – Año 1987





Ejercicio


El confinamiento supone un problema añadido que nos va a pasar factura: la falta de ejercicio. Salir a pasear para hacer ejercicio está prohibido, por lo que al ver imágenes de paseos pedestres como los de esta foto uno no puede evitar el deseo de que todo esto acabe y retomar los paseos andando y en bicicleta.

En la foto hay un letrero de prohibido montar en bicicleta (No cycling). En los primeros días del confinamiento, increíblemente, algunas personas que utilizaban la bicicleta para desplazamientos necesarios y permitidos fueron increpados por “estar haciendo ejercicio”. Eso nos ha hecho ver que en este país aún no está superado el vínculo bicicleta=deporte. En ConBici se está haciendo una campaña al respecto y para que la bicicleta se considere como un instrumento más que ayude a salir de la pandemia: https://conbici.org/

Foto realizada en Plymptom (Inglaterra) – Año 1988
 




Para mañana el invierno

Durante el confinamiento está lloviendo bastante. Mirar a la calle a través de los cristales mojados acrecienta la sensación de nostalgia. Esta foto de unas mesas vacías durante una tormenta de verano en la terraza de la cafetería del Centro de Arte Georges Pompidou, a través de la cristalera aún mojada, me recuerda los negocios que están cerrados por la pandemia, perjudicando la economía de sus dueños quienes viven el confinamiento con impotencia y en silencio. Vendrán mejores tiempos.

Foto realizada en París – Año 1989





La costura


Nuevos problemas traen nuevas oportunidades. Esa es una frase que me he aplicado muchas veces en mi vida y que no me ha ido mal. Igual que mi madre, si viviera aún, hubiera podido aprovechar para hacer ese mantel de ganchillo que tenía pendiente, el que más y el que menos estamos aprovechando para hacer muchas de esas cosas que teníamos aplazadas. Por ejemplo, yo he empezado a escanear los negativos que han dado lugar a esta exposición virtual. Hay quien dice que no había hecho tantos abdominales en su vida. Es tiempo de aprovechar la ocasión y hacer algo que te guste, quizás algo que siempre veías en un horizonte lejano, en vez de estar todo el día tirado en el sofá escuchando lo que ya sabemos que nos van a contar en la televisión.

Foto realizada en Santa Cruz de la Sierra (Cáceres) a Victoria – Año 1989

 




Alicia a través del espejo



“Yo solía pensar que el tiempo era un ladrón, robando todo lo que amaba. Ahora comprendo que el tiempo te da algo antes de quitarte algo. Y cada día es un regalo, cada hora, cada minuto, cada segundo”. Extracto del libro Alicia a través del espejo, de Lewis Carroll.

Foto realizada en Madrid a Marisa – Año 1994

 

Comentarios

  1. Preciosas fotos Juan! Un abrazo. Sergio

    ResponderEliminar
  2. Gracias Juan, me gustan mucho y sobre todo esa relación que tienes con las ventanas.
    Es como esa pintura holandesa que refleja ese espacio intermedio entre el exterior y el interior en el que la luz tiene en ese espacio protagonismo tan esencial. !Siempre tan inquieto, Juan¡
    Mucha salud.
    Un fuerte abrazo.
    Jose.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Jose. Las ventanas hoy en día son muy importantes para todos. Y fotográficamente, como has comentado, dan mucha vida. Es como un foco de luz puesto en el lado en el que está la ventana, pero sin encender el interruptor :-)
      Un abrazo también para ti.

      Eliminar
  3. Hola Juan
    Un gustazo visitar esta galería. ¡Gracias por compartir!
    Abraço. Joaquin RdT

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Joaquín, espero que estéis todos bien en el sur de África. Gracias por ver la exposición. Otro abrazo.

      Eliminar
  4. El tiempo parado, los espacios que un día fueron ocupados y ahora permanecen en reposo esperando un tiempo en el que volverán las palabras, las risas, de nuevo miradas de deseo, de ilusión, de vida.
    Muy buenas fotos con esa fuerza del B/N, de siempre mejor que el color y aquellos negativos, aquella fotografía húmeda que era el laboratorio con sus líquidos aparatosos... cuantos recuerdos.
    Miy buena Juan.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tú siempre tan preciso y descriptivo en tus comentarios, Carlos. Me alegro haberte devuelto al menos parte de la belleza con la que me regalaste hace poco con tu libro de dibujos.
      Gracias por visitar esta exposición. Un abrazo.

      Eliminar
  5. Me encantan las fotos y los textos. Muy apropiado para este tiempo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, es curioso como con imágenes del pasado se pueden trenzar sensaciones tan actuales. Gracias Roberto

      Eliminar
  6. Que bonito!!!!!
    Es una maravilla poder ver tus cuadros y leer como los describes.
    Precioso tu albun.
    Gracias!

    ResponderEliminar
  7. “Espacios llenos de ausencias,
    espacios llenos de ecos de voces perdidas en el tiempo,
    de un tiempo que fue.
    Instantes de luz, atrapados en el tiempo,
    fugaces, efímeros, en letargo,
    como este año que no fue”.

    ResponderEliminar
  8. mala suerte, pasaste por Chile creo la 1a vez en 2006, y por ese detallito, nuestros lugares, nuestros valparaísos, elquis, concones y sus lunas moviéndose a la inversa, se perdieron la oportuniadad de aparecer en esta exposición

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Habrá más exposiciones, Otto, donde salgan osos marinos, esculturas de ciclistas, lunas reaccionarias o bosques de cactus. Un abrazo.

      Eliminar

Publicar un comentario